Cuándo y dónde localizar
Para poder localizarlas, primero debemos de conocer a la especie, sus costumbres y comportamientos dependiendo del momento. Nosotros vamos a centrarnos en localizarlas en zonas de corrientes medias o fuertes y esto nos va a garantizar la diversión con nuestros “patos”. Pescar en este tipo de escenarios, pondrá a prueba nuestros equipos y nuestra propia forma física, ya que las jornadas de pesca suelen resultar agotadoras, pero a la vez muy gratificantes.
¿Cuándo?
Esta es una cuestión clave y fundamental. Como ya hemos comentado es importantísimo conocer los hábitos de esta especie, hábitos que variarán dependiendo de su ciclo de vida. Para la localización en aguas corrientes, debemos de tener en cuenta su ciclo reproductivo. En este caso, la freza de la lucioperca es la que marcará el momento en el cual, podamos encontrarlas en este escenario. Esta etapa engloba el periodo que transcurre entre los meses de febrero, marzo y abril.
El comienzo de estos días de locura, variará en función de las temperaturas y condiciones climáticas que se den ese año en concreto, pudiendo adelantarse o demorarse un poco. Debemos tener en cuenta, que son los primeros días, los que nos aportarán mayores posibilidades de capturar un ejemplar de mención.
¿Dónde?
Durante la primera o segunda quincena de febrero, las luciopercas remontan los ríos que alimentan los embalses en los que ellas viven, o simplemente remontan por el propio río en el que habitan. Su labor reproductiva, es la que lleva a estos pércidos a emprender una migración río arriba, en busca de las orillas más adecuadas para desovar. Se desplazan en bancos de un gran número de ejemplares, siendo los de mayor tamaño los más solitarios, en este caso las hembras, que buscarán zonas en las que llevar a cabo su labor reproductiva.
Muchas encuentran su zona de freza durante su trayecto río arriba, pero otras tienen que continuar remontando. Normalmente, a lo largo del camino, éstas llegan a toparse con obstáculos naturales o azudes construidos por la mano del hombre, llevándolas repentinamente al final del viaje y… este es el fenómeno que andamos buscando.
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Esta es la respuesta a la pregunta planteada, aquí es donde hay que lanzar. Si son peces que remontan en grandes bancos, podéis imaginar la fiesta que puede llegar a prepararse, cuando estos comienzan a amontonarse sin encontrar una salida. Aquí es donde debemos entrar con nuestro “pato” al agua
En estas zonas en concreto, tenemos grandes corrientes y pequeños parados o rebufos, zonas de confluencia entre dos o más corrientes. Tenemos que saber beneficiarnos de estas circunstancias, aprovechándonos de todos estos factores para sortear corrientes o simplemente sujetarnos en alguno de estos rebufos, favoreciendo nuestra acción de pesca.
Debemos preocuparnos más de mantener nuestra postura de pesca, que de localizar postura a la que lanzar, ya que tocaremos peces en casi la totalidad de la zona. ¡Ojo!, ante todo seguridad, es importantísimo no olvidarse de que estamos pescando aguas bravas desde “pato”, por lo tanto mi recomendación es el análisis visual de la zona en concreto.
Si lo que realmente buscamos es una pesca eficiente y segura, es mejor emplear un poco de tiempo en el análisis de la ruta a seguir, igual que las zonas en las que podemos retenernos a resguardo de la corriente. Hay que tener en cuenta, que si no pescamos con una idea clara del camino a seguir, seguramente nos dejemos algunas corrientes sin pescar, ya que éstas mismas se encargarán de descolgarnos río abajo.