¿Coto de Vegamián, truchas y ¿salmones?

De pesca en el coto de Vegamián

Coto de Vegamián

Dentro de los límites del coto de Vegamián, y hablando de pesca de orilla (otra cosa es si disponemos de una embarcación) tenemos dos opciones interesantes, aunque una de ellas sea la misma recula pero con dos orillas bien distintas a la hora de plantear un día de pesca.

Las mejores zonas del coto de Vegamián

La primera de ellas es la que origina el Porma cuando entrega sus aguas en el embalse, es sin lugar a dudas una, si no la más interesante para la pesca, pues no deja de ser la entrada de agua más importante. Tenemos que tener en cuenta que la zona embalsada es atrayente siempre y cuando la capacidad de agua acumulada ronde el ochenta por ciento y cuando el cien por cien está presente en la apertura y se mantiene hasta finales de año como consecuencia de los aportes de deshielos y las lluvias primaverales, la pesca entonces suele ser muy buena en la zona embalsada y nefasta en el tramo del río.

Bien, para acceder a esta parte del coto, es decir, la entrada principal del río, debemos girar a la izquierda una vez sobrepasado en el primer puente que nos encontramos sobre el Porma en dirección a Puebla de Lillo. Sirva como referencia que dejamos a nuestra derecha el río Solle a un par de cientos de metros antes de llegar a este puente. Una vez en el camino tomamos dirección al abandonado pueblo de Camposolillo, antes de llegar a este pueblo a nuestra izquierda podremos ver el Porma como discurre por el valle, y antes de llegar a las ruinas de esta localidad, también a nuestra izquierda, distinguiremos el edificio de una minicentral. Debemos continuar hasta que el camino (antes era la antigua carretera) llega hasta la misma orilla del embalse.

Si las aguas embalsadas llegan hasta la minicentral, sabremos que el embalse está al cien por cien de su capacidad
A partir de este punto tenemos dos posibilidades, caminar derecha o izquierda, sólo es cuestión de gustos. Si optamos por la derecha pescaremos una zona de playas que mejoran con el ochenta por ciento de capacidad, y desde luego es un sector muy productivo si nos llegamos hasta donde se alza un pequeño cerro en el que se distinguen los senderos del ganado. Si ascendemos por uno de ellos, del otro lado de esa pequeña loma, descubriremos una recula poco frecuentada, porque si lo que está a mano como se suele decir no tiene apenas presión, esta recula se podría decir que la pescan cuatro valientes. Y es una pena, porque hay mucho que pescar en ella para un pescador motivado, ya que al final de la misma donde vierte sus aguas un pequeño arroyo, hay una playa con un lecho repleto de vegetación, y a poco que afinemos la vista, nos será fácil localizar alguna pintona paseando cerca de la orilla.

Volvemos al punto de partida donde hemos dejado nuestro vehículo, y la opción de patear embalse en dirección al río, es decir, a mano izquierda, se presenta muy pero que muy interesante. Desde luego no es un lugar nada fácil, porque continuamente tenemos que saltar las vallas que delimitan antiguas fincas para evitar que el ganado una vez el embalse vaya retrocediendo, transite a su antojo.

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En esta parte nos encontraremos con abundantes estructuras para prospectar, como árboles sumergidos, antiguos tapiales de piedra que hacen las veces de escalones naturales, viejas raíces etcétera. Para mí es una zona muy completa y con muchas posibilidades, pero también muy técnica por las complejas posturas y la posibilidad que hay en cada lance de dejar nuestro streamer o tándem de ninfas en alguna rama o raíz sumergida. Por eso una cuestión fundamental es saber elegir adecuadamente la línea, mi consejo es montar una caña del 6 con una WF-5 de punta hundida o una Intermediate. En esta parte donde el río principal entra en estas fechas con muchos metros cúbicos, las picadas tienen lugar durante todo el día, ya que disponemos de muchos refugios susceptibles de albergar alguna de estas farios pantaneras.

La otra opción es la recula que se origina con la entrada del arroyo de Reyero, que muy pocos prueban, es más, si la zona de pesca la trasladamos a la orilla contraria por donde circula la carretera, que dicho sea de paso, nadie la pesca por quedar un tanto alejada, –sin embargo con sólo dejar el coche un poco antes del cruce que llega a Reyero–, las posibilidades de pesca se triplicarían. En cualquier caso esta recula es la más extensa, con buenas playas y algunas de ellas con zonas inundadas de poca profundidad, perfectas para que las truchas las patrullen buscando lombrices, pececillos y otros insectos que durante la primavera son legión.

Dentro de este mismo sector, donde desagua el río de Orones, donde la carretera entra en una zona de túneles, cuando el embalse está al cien por cien; no es raro poder ver desde la misma merodear cerca de la superficie buenos ejemplares en busca de algo que echarse a la boca, muchas veces son simplemente pequeñas efímeras o tricópteros de tamaño medio y tonos oscuros, aunque la mayor parte de las veces están ocupadas en dar caza a saltamontes o escarabajos, la cuestión es llegarles.

Acerca de la navegación

La posibilidad de disponer de una barca abriría otras expectativas mucho más interesantes, pero teniendo en cuenta la restrictiva normativa en cuanto al motor de propulsión en estas aguas (sólo se autoriza motor eléctrico), nos hace pensar que mejor será esperar a la autorización en Castilla y León del uso del “pato”, y prospectar en el futuro no muy lejano otras orillas.

Fuente

Federpesca

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