Percas en España, pescando el pez de moda


La perca

Las distribución de las percas en España se limita hoy a la cuenca del Ebro, donde puede encontrarse en casi todo su recorrido, desde el embalse de Ullibarri-Ganboa –sobre el Zadorra, afluente del Ebro en su cabecera– hasta el tramo fluvial más bajo, con abundancia muy dispar de unas aguas a otras. En las aguas cerradas del lago de Bañolas, donde según algunos se introdujo inicialmente, el plan de erradicación de especies invasoras hizo que su presencia –al igual que la de otros predadores alóctonos– fuera residual al final de la actuación de electropesca (2012) aunque todo apunta a una recuperación por evaluar desde entonces.

Quizá Francisco Darder, zoólogo -que junto a De la Paz Graells, en Monasterio de Piedra- hizo intentos de aclimatación de varios peces foráneos a finales del siglo XIX en Bañolas, introdujera en el lago a la perca (aunque apostaría en contra); pero su presencia en estas aguas cerradas está contrastada en 1990, aunque no es descartable que se hubiese introducido como lugar primero en el embalse de Boadella, donde también apareció la lucioperca en la década de los 70, quizá traídas ambas por pescadores franceses (así se rumoreó entonces para la lucioperca). Sea como fuere, después pasó al tramo bajo del Ebro y colonizó este gran río –Mequinenza, Caspe, Galacho de La Alfranca…- ayudada por su diseminación –translocación- por pescadores recreativos deseosos de tenerla más cerca, según sospecha que espera confirmación.

También se la ha introducido en otros países: Australia, Estados Unidos, China, Chipre, Italia, Irlanda, Marruecos, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Pero en este aspecto se encuentra muy lejos de la gran dispersión alcanzada por el bass de boca grande, que en esto le gana por tanteo propio de un palizón baloncestístico.

Relación perca-lucioperca 


Dos especies inversamente relacionadas, es decir: la abundancia de una supone la escasez de la otra, lo que se explica por la existencia de solapamiento ecológico competitivo de importancia entre ambas. El que sea la perca o la lucioperca la que abunda o escasea tiene que ver con las características hidrobiológicas; entre la que se encuentra como relevante la cobertura de plantas de los fondos y otros elementos que los compartimenten (afloramientos rocosos, restos de vegetación terrestre de porte…) La existencia de estos elementos favorece a la perca, con acciones de caza que se asemejan a emboscadas, mientras que la sandra –que también tiene este comportamiento cazador- es más dada a perseguir a su presa, para lo que necesita aguas muy despejadas de obstáculos.

¿Cuándo y cuánto come la perca?


He aquí una pregunta de interés para el pescador. La perca –de forma muy parecida a la sandra– toma una ración anual estimada en 1.75-2 veces su peso corporal, que distribuye en raciones diarias que van del 0.5 al 4 % de su propio peso. Los valores más altos (1-4 %) se dan en primavera y otoño, mientras que el resto de ciclo anual desciende al 0.5 %. Aproximadamente el 40 % de su alimento lo consume en primavera, el 20 % durante el verano, el 30 % durante el otoño y el 10 % restante en invierno. Valores que son aproximados pero que parecen ser tendencia, con sus lógicas variaciones de unas a otras aguas.
Y, como tantos otros peces predadores e ictiófagos, tiene picos de actividad alimentaria en los momentos crepusculares, por lo que es éste un buen momento para engañarlas con señuelos que deben ser menos voluminosos y largos que los empleados para el bass de semejante talla por su mencionada menor tamaño bucal

El porcentaje de ingesta estacional se corresponde bastante bien con la profundidad media a la que se ubica en la columna acuática, pues pasa el invierno en los fondos y en primavera ocupa posiciones medias bastante más altas –sube a desovar y a predar- y se mantiene a esas profundidades medias hasta el otoño, para volver a los fondos con el inicio de la estación más fría. Si bien –la perca es realmente un pez de aguas frías– se ha de esperar que se sitúen en el verano más abajo que en primavera y otoño, con subidas en los momentos crepusculares.

Como era de suponer, la perca de río –en el aspecto trófico– compite con el bass, el lucio, la lucioperca y la perca-sol, aunque también con algunos ciprínidos de mediano porte, como el rutilo o el escardinio o gardí –en sus etapas juveniles– que también están presentes en aguas de Cataluña. Algunos investigadores han sugerido que para diluir esa competencia la perca adulta tiende a comer a horas –segregación temporal- en que no lo hacen los ictiófagos (bass, lucioperca, lucio…) que comparten con él las aguas, pero no existen evidencias concluyentes en este aspecto.

Más aún si consideramos que la presencia del alburno –su colonización de aguas ibéricas se inició en la cuenca del Ebro– ha trastocado mucho los momentos y modos de caza de éstos. Aunque sin duda esta segregación temporal haría disminuir el riesgo de ser depredada, pues los todos los ictiófagos citados la tienen como presa

Frente a la presencia de un predador cercano emplea la tan conocida estrategia de parecer más grande y temible de lo que es, y que tantísimos peces, aves, mamíferos… emplean (se arquea ligeramente, abre las fauces, despega los opérculos, alza la aleta dorsal y despliega las restantes), pero se ha observado también que puede emplear una decoloración rápida (desaparecen las barras negras verticales y se apagan también los verdes y rojos) quizá tratando de pasar desapercibida cuando se siente amenazada.

El crecimiento de las percas en España


Siendo pez de amplísima distribución y habitante de aguas ecológicamente muy dispares (las comparte en unos lugares con salmónidos como la trucha común, la de lago americana, el salvelino de fuente… y en el extremo opuesto con ciprínidos de aguas templadas) el crecimiento de este pez es muy variable, pero tomando datos de aguas del sur de Australia –donde también es introducido y tiene un clima algo similar a la cuenca del Ebro– los machos de uno, dos, tres, cuatro y cinco años alcanzan como promedio: 10, 16, 21, 25 y 28 cm. respectivamente. Mientras que las hembras tienen crecimientos anuales algo mayores: 10.5, 17, 23, 29 y 35 cm. para esas mismas edades. Seguiremos conociéndola. Hasta entonces, buena pesca.

Fuente

Federpesca

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