No es casualidad que los lucios se concentren en unas zonas determinadas del embalse en ciertos momentos del año. Al igual que les afectan las concentraciones de bancos de alburnos o cangrejos, les afectan las diferentes condiciones meteorológicas de cada estación del año.
En algunos embalses en los meses estivales, cuando las temperaturas son muy elevadas y el agua de los embalses alcanzan muchos grados, los lucios suelen concentrarse en las inmediaciones de las presas.
Esto no es mera casualidad y tiene un por qué. Lo normal es que las zonas colindantes de las presas de los embalses presenten una orografía mucho más brusca con aguas mucho más profundas que en otras zonas de los embalses.
En estos meses estivales los lucios están situados en aguas muy profundas, ya que estas aguas son mucho más frías y oxigenadas. Esto explica la concentración de numerosos ejemplares en esta época del año en los alrededores de las presas de los embalses.
Esto no quiere decir que en los demás escenarios del embalse no haya lucios, ya que hay más zonas con aguas profundas como grandes cortados o reculas con aporte de ríos que presentan la caja del mismo río como refugio y aporte de aguas más oxigenadas, frías y cargadas de alimento.
También influye la territorialidad para que los lucios se repartan por diferentes zonas del embalse. Los lucios son tremendamente territoriales y más aún los de gran tamaño, quedándose con las mejores zonas y apostaderos de caza.
En estas zonas situadas en los alrededores de la presa, estarán situados en los meses estivales en aguas profundas, normalmente suspendidos, esperando tranquilamente el paso de comida fácil
En los meses de otoño y de invierno, los lucios abandonan estas aguas profundas y comienzan a situarse en aguas menos profundas, acercándose progresivamente según avanzan las semanas a las orillas. En este tiempo comienzan poco a poco a estar más accesibles para el pescador de orilla.
Como ejemplos, los embalses de Orellana y García Sola, en ellos los lucios empiezan a concentrarse en reculas someras y colas del embalse, como las reculas de Valdecaballeros, y alrededores de Herrera del Duque en García Sola. En Orellana cabe destacar la zona conocida por las “Graveras” donde comienza el propio embalse.

Aguas con bastante vegetación, someras y con una orografía bastante regular, sin alcanzar profundidades muy elevadas. Ambientes perfectos para albergar los lucios en estas semanas y para posteriormente irse situando en los mejores apostaderos para desarrollar la freza las grandes hembras.
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Como hemos podido ver en estas líneas, la orografía de un embalse también es un factor determinante a la hora de decidirnos por un tipo de escenario u otro para localizar los lucios
Dependiendo de la orografía de los embalses y el momento del año en el que estemos, tendremos que conjuntar todos los factores posibles y elegir las mejores zonas para pescar.
No cabe duda que la ayuda de una embarcación es fundamental para poder acceder a numerosos sitios en poco tiempo, pero en muchos embalses hay zonas no navegables y accesibles desde orilla que ofrecen muchas posibilidades al pescador de orilla.