Salimos temprano, con la legaña aun pegada en el ojo, pero con la ilusión de unos niños pequeños. El día era muy frío, con una niebla penetrante que hacía calar hasta los huesos, -3ºC, las orillas blancas por la niebla…
Salimos temprano, con la legaña aun pegada en el ojo, pero con la ilusión de unos niños pequeños. El día era muy frío, con una niebla penetrante que hacía calar hasta los huesos, -3ºC, las orillas blancas por la niebla…