Cebos para el mar: la tita


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La tita, entre los mejores cebos para el mar

El abanico de gusanos marinos que podemos emplear en la pesca desde embarcación es muy amplio. Entre ellos, el americano, la coreana, el norte, la gusana de fango o la rosca, de los que ya hemos tratado en esta sección. A algunos de ellos, se les puede poner el defecto de ser cebos muy pescadores, aunque escasamente selectivos a la hora de determinar el tamaño y la calidad de las piezas.

Precisamente, esta cualidad es el principal activo de la tita, un gusano resistente a los ataques del pescado menudo, ideal entre los cebos para el mar en la captura de algunas de las especies más apreciadas de nuestras costas.

La tita


La tita (Sipunculus nudus) es un gusano marino que, en su hábitat natural, vive en los fondos de arena y fango situados en las zonas de estuario y de marisma. La mayor parte de las titas que se comercializan en nuestro país son gusanos del cultivo, de un tamaño que oscila entre los tres y los diecisiete o dieciocho centímetros de longitud. La tita presenta un cuerpo alargado y cilíndrico de tonalidad entre grisácea y marrón claro. Está recubierta de una piel rugosa de cierto grosor, que la protege de los ataques de los depredadores, un verdadero escudo que nos va permitir mantenerla en el agua a salvo del pescado menudo, tan abundante en algunas zonas.

Presentación y conservación del cebo


Las titas constituyen uno de los mejores cebos para el mar en la pesca desde embarcación fondeada, ya que van a llamar la atención de la mayor parte de las especies predilectas de los aficionados a la pesca con cebos naturales. Las titas pequeñas, de hasta cinco o seis centímetros, son idóneas para la pesca de la herrera, la breca, la baila y el sargo; los ejemplares medianos, de entre cinco y diez centímetros, son muy efectivos con la dorada y la lubina; las grandes, de hasta dieciocho centímetros, presentadas enteras, constituyen una apuesta por el róbalo de gran tamaño, por el pargo y por la corvinata, a partir de los dos kilos de peso.

Normalmente, en las tiendas de pesca, vamos a encontrar estos cebos agrupados en las tres franjas de tamaños a los que acabamos de hacer mención. Suelen venderse en cajitas de plástico en las que se colocan trocitos de foam para conservarlas con la humedad adecuada. Las titas más grandes suelen despacharse sueltas.
Es un gusano muy resistente y fácil de mantener con vida. Su temperatura ideal de conservación se sitúa alrededor de los 15 grados. Basta con protegerlo del frío y del calor excesivo. Una buena opción consiste en colocar las cajitas en la parte baja del frigorífico, siempre en el interior del compartimento de las verduras. Las temperaturas muy bajas le afectan enseguida y observaremos cómo, en estas circunstancias, el gusano se deshincha, se aplana y puede llegar a morir en unas horas. Sin embargo, si nos sucede este caso, antes de optar por deshacernos de las titas, las dejaremos unos minutos a temperatura ambiente, pues, en ocasiones se recuperan de inmediato y vuelven a estar en condiciones idóneas para la pesca.

A la hora de presentarlas, optaremos por terminales largos, preferentemente de fluoro carbón, y trataremos de encarnarlas de la manera más natural posible

El anzuelado


Si se trata de titas de las grandes, muchos aficionados optan por seccionarlas longitudinalmente, vaciarlas y encarnar, con la ayuda de hilo elástico, tiras de seis o siete centímetros, colocando la parte de la piel por dentro. Personalmente, prefiero las titas vivas de entre seis y doce centímetros, que pueden encarnarse enteras y constituyen un bocado de cierta importancia. Con la ayuda de una aguja de gusano no demasiado fina se pasa la tita de lado a lado y se encarna en un anzuelo de entre el número 4 y el número 2, según la talla de la carnada. Para especies de boca blanda, caso de la herrera o de la breca, montaremos un Crystal. Para mandíbulas más consistentes, como las del sargo, la dorada o el pargo, un All Round de carbono.

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Ficha del cebo: la tita (Sipunculus nudus)

  • Fondos: Preferentemente arenosos o mixtos, aunque también fondos de roca. Estuarios y desembocaduras.
  • Profundidad de pesca: Entre los cuatro y los cincuenta o sesenta metros de profundidad.
  • Técnicas: Pesca desde embarcación fondeada.
  • Tipo de pescado: Mediano y de buen tamaño.
  • Especies: Lubina, baila, dorada, sargo común, sargo imperial, corvinata, breca, pargo, mojarra de piedra, pez ballesta, herrera.
  • Conservación: Entre 15 y 17 º. Puede almacenarse en la parte inferior del frigorífico dentro del cajón de verduras. No soporta las temperaturas muy bajas.

Fuente

Federpesca

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