10 Consejos para pescar luciopercas en embalses

Pescar luciopercas es más fácil de lo que nos habían contado…

Lucioperca emvalse 1


1. Saber elegir… o desechar una zona de pesca
En cualquiera de estos grandes embalses la orografía de una u otra zona puede variar notablemente, nosotros elegiremos una u otra en función de las características del lugar, de la profundidad, de la coloración del agua y del tipo de fondo y de lo que más se adapta a los requerimientos de este pez, es decir fondos duros de pizarra o guijarros, pequeñas rocas, grandes plataformas sumergidas, etcétera… Desechando aquellas que no se adapten a esas características.
2. Visibilidad en el agua
Debemos adecuar la profundidad de pesca en función de la tonalidad del agua y de la visibilidad. Será muy difícil encontrar luciopercas, salvo en momentos muy puntuales del año, en una profundidad pongamos de dos o tres metros en un agua cristalina, y menos aún en días sin viento donde el embalse parece una balsa de aceite y con el sol en todo lo alto. A mayor visibilidad en el agua, mayor será la profundidad a la que debemos pescar luciopercas o, por el contrario, en aguas más turbias sí que pueden estar en ese rango de profundidad, si es que el tipo de fondo reúne unas buenas condiciones.
3. Cuando el río suena…
Si en un determinado lugar de un embalse ”X” en algún momento y con un nivel de agua concreto se han dado numerosas concentraciones de estos peces, no os quepa duda de que es por algo y porque ese lugar reunía los requisitos para ello. Quizás en otros momentos aún casi con las mismas condiciones no se den esas concentraciones, pero siempre serán lugares en los que en mayor o menor medida encontraremos luciopercas. Nunca desestimaremos un determinado escenario por estar más pescado o llevar más fama que otro. A veces queremos encontrar ese paraíso perdido cuando es mucho más fácil que todo eso y lo tenemos delante de nuestras narices.
De todos es sabido el querer pescar siempre la orilla de enfrente de donde nos encontramos. La típica frase de esa orilla de enfrente “tiene una pinta”…, cuando muy probablemente si estuviéramos en la otra, ésta nos parecería mejor, lo cual quiere decir el contar con una pequeña embarcación a la hora de buscar esos lugares y desplazarse te facilita enormemente las cosas, pero de nada sirve si no sabes moverte y no partes con las ideas más o menos claras.
4. Adecuar los señuelos al lugar de pesca
Partimos de la base de que a la lucioperca siempre o casi siempre la vamos a encontrar literalmente pegada al fondo. Aunque posible, es muy raro la presencia de luciopercas suspendidas, salvo por presencia de alburnos o algo similar, por lo que nada sirve por ejemplo pescar con un crankbait que puede bajar por ejemplo hasta seis metros de profundidad, si estamos pescando en diez metros. Aunque haya luciopercas en el lugar no vamos a trabajar el señuelo por su radio de acción y no conseguiremos picadas, por lo que debemos optar muchas veces por uno u otro a razón de la profundidad en la que estemos pescando. Tal vez por eso la gran eficacia de los pequeños vinilos o el “pez muerto manejado” ya que gracias a su versatilidad te permiten pescar diferentes rangos de profundidad adecuando el gramaje que le pongamos.
5. Ser observador cuando el embalse baja
Principalmente durante el verano estos grandes embalses se encuentran muy bajos de nivel, es entonces cuando sacan a la luz sus pequeños tesoros ocultos, zonas que habían pasado desapercibidas y de repente un día cualquiera te das cuenta del potencial que tiene cuando ésta sea cubierta por el agua y cuente con varios metros de profundidad. Pero ojo, en esto no sirve el decir “era por aquí”, no, hay que quedarse con el lugar exacto, sacar fotografías, tomar referencias claras para poder decir, “estoy seguro de que era justo aquí debajo”.
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6. Pesca vertical
Aunque esta técnica es perfectamente válida para la pesca de la lucioperca, y de hecho es muy practicada en muchos países europeos, no es la más de mi agrado ni la que creo resulta más efectiva. Aunque la realidad sí se asemeja bastante a una pesca vertical, pues dado que por norma general se pesca en bastante profundidad y muy cercano al fondo, se ha de trabajar el señuelo de una forma muy lenta para mantenerlo siempre ahí abajo. Una pesca tal vez muy monótona, pero a la vez sumamente técnica cuando se trata de adivinar lo que ocurre allá abajo, de saber distinguir el roce con una piedra de una picada en décimas de segundo. Este pez permite pocos errores y no te da segundas oportunidades.
7. Pescar en cada lugar, tan sólo el tiempo justo
Cuando hemos optado por pescar una zona debemos de pescar cubriendo todos los ángulos posibles, en forma de abanico, despacio y minuciosamente, pero si en ese tiempo que nos ha llevado no hemos obtenido picada alguna, debemos buscar otro lugar y no perder el tiempo pescando machaconamente el mismo. Si hubiese luciopercas en las inmediaciones, una u otra se hubiese encargado de transmitirlo en forma de picada, sólo insistiremos en una zona cuando se vayan produciendo picadas regularmente.
8. Sonda, en este caso sí
Así como para pescar siluros al lanzado la sonda sirve de muy poco, salvo en casos muy puntuales (saber donde se encuentra exactamente ese escalón o esa isla sumergida), para la pesca de la lucioperca sí que resulta de gran ayuda para decirnos el tipo de fondo que hay bajo nosotros, la profundidad, los pequeños accidentes en el terreno, esas plataformas o islas sumergidas, incluso la presencia de peces pegados al fondo.
9. Una selección difícil
Con casi con todas la especies puedes seguir una especie de “patrones” para discriminar el tamaño de las capturas, bien sea seleccionando los lugares de pesca, las horas en las que pescar, la época del año, el tamaño de los señuelos, etcétera…
Con la lucioperca aunque también es posible (sobre todo en cuanto a época del año sin duda marzo y abril son los meses en que estas grandes luciopercas se encuentran más accesibles), pero por su carácter impredecible y misterioso es más complicado que con otras especies y un ejemplar de grandes dimensiones lo más probable es que salga en el lugar y el día más inesperado, y por norma general en días con muy pocas o una solitaria captura. Culpa de esto también la tiene el que estos grandes ejemplares son mucho más solitarios que sus congéneres más jóvenes.
Como anécdota puedo citar que mis tres luciopercas más grandes ni siquiera han sido pescadas saliendo a por luciopercas, sino tratando de pescar siluros al lanzado y con equipos poco sutiles y acordes a su pesca, si bien es cierto que esa falta de sutileza se ha visto compensada por la turbidez de las aguas de esas zonas.
10. ¿Trenzados? sí, gracias
Pescando en más de seis o siete metros de profundidad, y más en una pesca como ésta donde el sentido del tacto juega un papel tan importante, parece claro que el uso de líneas trenzadas es prácticamente imprescindible a la hora de detectar las picadas y clavar en el menos tiempo posible. Mejor cuanto más finas.

Fuente

Federpesca

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